La semana pasada estabas en el trabajo y tu compañera cumplía años, ni corta ni perezosa llegó a la ofi con una bandeja de pastas y… ¡horroooor! no te pudiste controlar, esos croissanes estaban gritando tu nombre. Además llevabas una semana de perros porque tu jefe te mandó hacer un trabajo que no te gusta y no tenías tiempo ni para comer, así que cualquier cosa te bastaba aunque fuera hipercalórica y después te sintiste terriblemente culpable. «La semana que viene empiezo»
Esta semana tu novio te ha plantado, tienes a un familiar ingresado en el hosiptal y tu coche se ha vuelto ha estropear… todo se pone en contra. Las panaderías y los establecimientos de comida rápida estan presentes a cada paso que dás. Entras y engulles como si no hubiera mañana. Te comes la basura de tus problemas, te desmotivas, te vuelves más sedentaria, dejas de comer saludable. Llegas a casa, te tiras en el sofá y solo te mueves para ir a la nevera. Amiga, has entrado en el circulo vicioso de los atracones y la culpabilidad .
¿cómo puedes poner fin a esta situación?
1. Cree en tí. Deja de repetirte «no puedo», porque puedes, como has podido con muchas otras cosas que has logrado en la vida, así que: coge papel y boli y haz una lista bien bonita y apunta tus méritos. Apláudete por ellos y valoralos ¡son tus logros!.
2. Saca partido a tu tiempo libre. Remplaza el sofá y la bolsa de dulces o patatas por un running al aire libre ¡ahora el día es más largo!, Aprovecha este tiempo para evadirte de aquello que te preocupa y te conduce a los atracones. La comida no te va ha devolver a tu novio ni va a solucionar que tu jefe te mande un trabajo que no te corresponde, simplemente va hacer que te sientas mucho peor. Durante este tiempo libre puedes meditar, buscar soluciones y poner fin aquello que te preocupa. Pon STOP a los problema y dale caña a las SOLUCIONES.
3. Organizate. No seas perezosa y planifica tu semana. Debes cumplir con tu tabla, por eso es importante que sea real. Piensa el menú semanal, haz una lista de la compra, busca los huecos para hacer actividad física y tus hobbies.
4. Convierte tus pensamientos negativos en positivos. Encuentra la distorsión de tu pensamiento. No te culpes ni descartes lo positivo. Relativiza tus pensamientos y recuerda que nunca fallamos, sino aprendemos. Decíde lo que quieres pensar, recuerda que eres libre de escoger lo que piensas.