Buenos días! por fin llegan las buenas temperaturas para quedarse, este año me pilla con muchas ganas de broncearme aunque con mucho control, por eso es bueno que durante todo el año reinen en nuestras comidas alimentos ricos en antioxidantes, como los betacarotenos o la vitamina C, fáciles de encontrar en las verduras y hortalizas crudas.
Con la entrada del buen tiempo las ensaladas vuelven a apetecer y suelen ser las protagonistas de nuestra mesa. Personalmente me encantan porque nos aseguramos un gran aporte demacro y micro nutrientes. Son refrescantes, fáciles de hacer y si las haces bien, sabrosas. Eso si, hay ciertos ingredientes que debemos obviar si no queremos echar a perder el su poder detoxificante.
¿Qué debemos evitar poner en la ensalada?
La cebolla frita: Es un condimento que a parte de llevar mucho aceite de mala calidad (la industria alimentaria lo suele usar el más económico), y lleva harina de trigo. La cebolla es maravillosa, es antioxidante, antiséptica… si te sienta mal cruda o te aburre, la puedes saltear con un poco de aceite de oliva virgen y añadirla a la ensalada.
El surimi: Son restos de diferentes tipos de pescado que se han deshidratado y se les ha añadido, colorantes, conservantes, azúcar, aceite de girasol (u otro aceite vegetal, no recomendable), almidones modificados, glutamato monosódico (E 635)
Salsas cesar, yogur etc.: Estas salsas suelen llevar un montón de ingredientes que debes evitar com almidón, azúcar, aceite de girasol (que es pro inflamatorio), vinagre de Módena (muy azucarado) que a parte de no ser saludables, te van a impedir perder peso si es lo que andas buscando. Pero sobretodo debes tener en cuenta que no son sanas, aunque la etiqueta tenga una foto que te parezca lo contrario. Puedes hacerte tu versión saludable en casa: yogur natural con curry o bien yogur con pepinillos o alcaparras y un aderezo de limón.
Picatostes: pueden venir fritos o sin freír. Da lo mismo, estas delante de pan blanco de harina de trigo, es el peor almidón que puedas consumir. Puedes cambiar su versión añadiendo unas cucharadas de garbanzos tostados. Mucho más saludable, con un índice glucémico más bajo y prebiótico.
un abrazo,
Carla